martes, 1 de septiembre de 2015



PIMIENTAS ORENSES
POR RIZA

Que felicidad para los santarroseños y orenses en general por la próxima puesta en operación la Terminal Terrestre Internacional de Santa Rosa, por ello felicitamos al Concejo Cantonal que preside su alcalde Clemente Bravo.

En contraparte, Machala, capital de El Oro, no ha podido realizar esta cara aspiración de sus hijos debido a la inoperancia de las administraciones municipales de los últimos 10 años, habiéndose construido tan solo el ingreso a lo que sería la terminal, algo así como tratando de seguirnos viendo la cara de pendejos.

Lo que más nos llama la atención es que este ingreso haya costado algo más de 3 millones de dólares conforme nos enteramos por la publicación en las redes sociales ya que como es habitual, el municipio de esta capital, no entrega datos sobre el costo de las “obras de redención”

Pero la derecha en sí, salvando poquísimas excepciones, publica los costos, financiamientos y contrato de técnicos para sus obras, aunque ahora se tenga que subir a la red, sinembargo ellos son muy hábiles para acomodarse a las “circunstancias”

Para refrescar la memoria de los ecuatorianos queremos recordarles lo que paso con la primera construcción de la Terminal Terrestre de Guayaquil

La construcción de la Terminal Terrestre de Guayaquil, tomando como base la investigación presentada por  los diarios El Telégrafo y PP El Verdadero. Ambos rotativos recordaron a la ciudadanía todas las circunstancias que rodearon  ese sonado caso, estuvieron directamente involucrados varios de los accionistas de diario El Universo.

Tal como se informó oportunamente, la pantalla para esa irregular negociación fue la compañía japonesa Fujita, detrás de la que se ocultaron hábilmente las empresas Matricsa, cuyos accionistas eran, entre otros, Alberto y Eduardo Dahik, Miguel Garzozi y Roberto Falconí, e Inamasa, de propiedad de  Carlos Pérez Perasso y sus hijos María Teresa, Rosa, Priscila, Carlos y César; estos dos últimos actuales directivos de este medio de comunicación.      

Fujita construyó con planos muy mal concebidos las vigas y losetas entregadas por Matricsa, por lo que estas se fueron deteriorando más rápido de lo que se suponía y no soportaron el peso de la estructura que debió ser construida nuevamente.

Corría el día 11 del mes de octubre de 1985 cuando se inauguró la Terminal Terrestre de Guayaquil, en los terrenos que pertenecieron a la empresa Prenor.

El edificio pasó a ser administrado por la Comisión de Tránsito del Guayas y dos años después de su construcción la terminal sufrió daños estructurales por problemas de diseño, construcción y mala calidad de los materiales utilizados.

A los ciudadanos que llegaban a Guayaquil, desde varias provincias del Ecuador, aún les queda en la memoria el recuerdo de un segundo piso inutilizado en la Terminal Terrestre.

Cuando dejó de funcionar el aire acondicionado, las escaleras eléctricas y los servicios higiénicos daban asco ¿acaso Diario El Universo publicó los orígenes de estos males?

Que les pareció amigos lectores. ¿Algo así se daría en Machala? Esperemos que no y además estemos atentos. Hasta pronto

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